'El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga' (Mt 16, 24)
No se trata de una cruz ornamental, o ideológica, sino es la cruz de la vida, es la cruz del propio deber, la cruz del sacrificarse por los demás con amor, por los padres, por los hijos, por la familia, por los amigos, también por los enemigos; la cruz de la disponibilidad a ser solidario con los pobres, a comprometerse por la justicia y la paz.
En el asumir esta actitud, estas cruces, siempre se pierde algo. No debemos olvidar jamás que ‘el que pierda su vida -por Cristo- la salvará’. Es perder... para ganar. Y recordemos a todos nuestros hermanos que todavía hoy ponen en práctica estas palabras de Jesús, ofreciendo su tiempo, su trabajo, sus fatigas e incluso su propia vida para no negar su fe a Cristo.
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Comunidade Caná |
Jesús, mediante su Santo Espíritu, nos dará la fuerza de ir adelante en el camino de la fe y del testimonio: hacer aquello en lo cual creemos; no decir una cosa y hacer otra. Y en este camino siempre está cerca de nosotros y nos precede la Virgen: dejémonos tomar de la mano por ella, cuando atravesamos los momentos más oscuros y difíciles.
El Evangelio nos llama a confrontarnos, por así decir, ‘cara a cara’ con Jesús.
Papa Francisco, 19-6-2016
Desde esta perspectiva -apuntada por el Papa Francisco- hemos preparado 15 temas para ayudaros a verificar vuestro amor. Nuestra propuesta es acompañaros en este camino que tiene meta. La clave ha de ser el diálogo que estos temas, como etapas de un camino, susciten entre vosotros, los novios.
Rialdarca, itinerario para NOVIOS
Un sendero de poco más de un kilómetro, para personas de cualquier edad
Hacer malabares en Cuaresma
La Cuaresma es un tiempo para lanzar al aire: el ayuno, la limosna y la oración. Estos tres deben estar en acción simultáneamente para que la "actuación" funcione. No se puede actuar solo con uno o dos. Además, se trata de lanzarlos hacia arriba porque van dirigidos a Dios. Mi esposa Susana, viendo a Paul Ponce, "el malabarista de Dios", comentó: "Su actuación (especialmente la de los hijos, que interactuaban entre ellos) me hace pensar en la importancia de no apropiarnos de nada, sino saber entregar (lanzar). Ese constante recibir y dar es clave". No hablamos solo de cosas materiales, sino de actos, palabras o nuestros propios sueños y deseos.
Primera maza: Limosna, la brújula que marca el Norte
La palabra "limosna" deriva de la raíz griega "éleos", que significa misericordia de Dios. La limosna tiene para nosotros un sentido peyorativo. ¿Damos limosna a nuestros hijos, nuestras esposas? ¿O más bien se nos invita a darnos, a dar nuestra vida? Darnos sin sentirnos superiores es lo único que hace justicia a cualquier hombre.
Cuando te desprendes de algo, empiezas a ser dueño de ti mismo; de lo contrario, son las cosas las que te poseen. A mis alumnos, de una generación egoísta (*), les hago sacar sus botellas de agua y verter un poco en la palma de la mano para que vean plásticamente cómo se pierde cuando se cierra el puño.
Sabemos que el Señor da el ciento por uno, pero hasta que no se vive la experiencia, no cala. ¿De mi tiempo, de mis talentos, de mi economía, qué voy a lanzar arriba? Solo lo tiene que ver Dios; lo puedes lanzar como más te guste, más o menos alto, con más o menos intensidad, pero solo Dios debe verlo. Me ayuda siempre recordar Mateo 25 (Lo que hacéis con unos de estos pequeños...) y Mateo 10, 7 (Dad gratis lo que gratis habéis recibido…)
Segunda maza: La oración, el walkie-talkie
Es tiempo de lanzar nuestro grito a Dios. Cada vez que volaba una maza entre Pablo, José y Lilí, había un grito fuerte: "¡Hey!", que se coordina con el movimiento de lanzar. Con el Salmo 18, 30 gritamos: "Fiado en ti, me meto en la refriega, fiado en mi Dios, asalto la muralla".
Esto es una batalla, un combate espiritual, porque aquí no se trata de realizar ninguna acción, sino de entrar en nosotros mismos, de ser nosotros en el Corazón de Dios. Y como no sabemos orar como conviene, nuestra carne se queja hasta que, por fin, el Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad y gime con sonidos inefables (Rom 8, 26).
En la oración, sentimos que perdemos el tiempo... Entonces vamos bien: hay que sentir que pierdes muchas cosas, entre ellas el tiempo, porque nada es nuestro. ¿Has perdido tiempo con los demás? Sin embargo, con Dios nunca se pierde; podemos intentar que nuestras pérdidas de tiempo con los demás sean tiempos con Dios. Recuerdo -otra vez- Mat 25, 40.
En la oración se juega todo, porque allí se discierne qué limosna, qué ayuno y qué oración quiere Dios de ti. No te desesperes si no ves frutos. ¡Estamos en el Jubileo de la Esperanza! ¡Hay Esperanza, Francisco! (**)
Tercera maza: El ayuno, el mapa
El ayuno es el mapa del equipo de exploración; me indica el terreno por el que me muevo, en el que tiro las mazas. Debo moverme libre de obstáculos. Está de moda el ayuno intermitente para mejorar la salud. El ayuno también nos reporta beneficios a la salud física y espiritual, pero no se trata de definir nuestro "músculo espiritual".
Se trata de ver lo poca cosa que somos y ser más humildes, "andando en Verdad". El ayuno es uno de los primeros mandamientos que da Dios: "No comerás del árbol del conocimiento del bien y del mal" (Gén 2,17), según San Juan Crisóstomo. San Basilio dice que el auténtico ayuno no es solo privarnos de alimento, sino privarnos de pecado.
Yo personalmente me decantaría por ayunar de hacer lo que me gusta y hacer lo que quiere mi mujer o mis hijos. Lo que adelgaza muchísimo el ego (que es, al final, el quid de la cuestión) es dejar de quejarse y dejar de hablar de otros. Al menos, intentarlo y quedarnos en ocho pecados diarios, ya que el justo peca siete.
Dos requisitos finales para hacer estos malabares
Hay que hacerlo todo a escondidas. Dios está escondido y nosotros debemos escondernos con él. "Entra en tu cuarto y cierra la puerta" (Mat 6, 6); "que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha" (Mat 6, 3).
Hay que hacerlo todo con alegría. "Cuando ayunes, perfúmate y lávate la cara" (Mat 6, 17).
Con este equipo de mazas o equipo de exploración, como quieras llamarlo, estamos invitados a ir por territorios inexplorados de nuestra vida y la vida de nuestra alma.
Dinámica
Está muy clara: jugar al escondite.
Escribe en pañuelos de tela de malabares las palabras "limosna", "ayuno" y "oración".
Esconde las palabras en casa y organiza una búsqueda.
Una vez encontrados los objetos, lanza al aire la tríada y práctica la que cojas.
(*) Espero que no te hayas dejado engañar pensando que nuestra generación fue menos egoísta...
(**) El día 12 de febrero pude decir estas palabras al Papa cuando salía del Aula Pablo VI y pasaba a escasos metros.
- Desde hace tres años, cristianos de distintas denominaciones, comunidades y movimientos nos reunimos para alabar, proclamar la Palabra e interceder por nuestra sociedad, juntos. Y aprovechamos para hacer fiesta, compartir, charlar y conocernos cada vez más.
- Ven a conocer a otros cristianos de diferentes iglesias y realidades que aman a Cristo. Aprenderás a respetar la riqueza de la diversidad y celebrar lo que tenemos en común como un solo pueblo de Dios...
(Lc 1, 31)
Comunidade Caná desarrolla esta Catequesis el 15 y 16
de marzo de 2025 en la Parroquia de S. Martiño (Moaña)
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Benedicto XVI explica que "el derecho a casarse conlleva el derecho a celebrar un matrimonio auténtico. No se negaría por tanto un matrimonio allí donde evidentemente no existieran impedimentos para su ejercicio, es decir, se cumplieran la capacidad, la voluntad de los cónyuges y la realidad natural del matrimonio". Un serio discernimiento en este aspecto, dice, evitará que "impulsos emotivos o razones superficiales induzcan a los dos jóvenes a asumir responsabilidades que después no sabrían desempeñar". Por ello, "matrimonio y familia son instituciones que deben ser promovidas y defendidas de cualquier tipo de equívoco sobre su verdad".
En cuanto a la preparación para el sacramento del matrimonio, Benedicto XVI afirma que "el objetivo inmediato de tal preparación es el de promover la libre celebración de un verdadero matrimonio".
La respuesta es... ¡¡¡ SÍ !!!
Cada uno de nosotros tenemos la oportunidad de vivir y comunicar que el amor puede ser para siempre.
A los jóvenes les interesa el tema del amor
"Amar para siempre" es el título de un libro que nosotros, Comunidade Caná, hemos escrito. En realidad, es el contenido de los cursos prematrimoniales que, desde 1997, Montse y Javier, fundadores de la Comunidad, comenzaron a impartir en su parroquia, en Moaña, Galicia. Ha sido la base de la formación con la que, luego, todos los demás matrimonios que pertenecemos a la Comunidad nos hemos preparado para continuar los cursos en muchos otros lugares, incluso telemáticamente.
Es un curso que puede servir a todos los implicados en la Pastoral Familiar o en grupos de jóvenes que se preguntan sobre su vocación.
El contenido es sencillo, profundo y humanizador. Y es que a los jóvenes les interesa el tema del amor, el tema de la vida, de los hijos, de la familia… de cómo no fracasar en su relación afectiva.
Estamos llamados a poner luz, ofrecer la verdad del amor para siempre entre un hombre y una mujer, ayudar al discernimiento y la reflexión sobre el sentido de la vida y la propia vocación.
Porque la crisis de la pareja es, en definitiva, la crisis de la persona humana. Y Jesús el Señor está interesado en la persona.
¡Enhorabuena! Has encontrado un tesoro: el amor de tu vida
ENAMORARSE es FÁCIL;
lo DIFÍCIL, lo realmente VALIOSO,
es PERMANECER ENAMORADOS.
De este amor que perdura en el tiempo, capaz de superar crisis y dificultades, es del que habla este libro: del amor que os vais a prometer el día de vuestra boda y que puede haceros felices para siempre.
Lee en tu Biblia este pasaje: Juan 2,1-12.
Son las bodas de Caná, donde Jesús obró su primer milagro a petición de María, su Madre. Este pasaje es como un termómetro para nosotros, padres y madres, esposos y esposas, para ver en qué lugar nos encontramos. ¿Qué podemos encontrar para nuestra vida matrimonial y familiar?
¡Alegría!
El vino, en la Biblia, es el símbolo de la alegría y de los bienes que traería el Mesías. El protagonista de la boda de Caná es «el vino». Todo gira en torno al vino que falta y al vino nuevo cuyo origen desconoce el maestresala. Este vino que llega por la acción de Cristo es «vino bueno», que desbanca al primero. Sobre este vino gira también la conversación de la Madre de Jesús con su Hijo: al hacerle ver que el vino de la boda se ha terminado, María está señalando una carencia grave en una boda. ¿Se trata sólo una carencia física o hay algo más?
Podríamos, a la luz de esta lectura bíblica, entresacar y hacer vida en nuestra realidad actual en qué lugar nos encontramos y cuáles son nuestras dificultades, certezas, inquietudes… ¿Tenemos el vino de la alegría en nuestra familia, en nuestro matrimonio? O, tal vez, con el paso del tiempo, los acontecimientos, la vida… nuestro vino se ha consumido o, incluso, se ha avinagrado. ¿Escuchamos de nosotros “No tienen vino”?
«Haced lo que Él os diga»
En este pasaje hay unos sirvientes pendientes de lo que ocurre y de qué hay que hacer en cada momento. En nuestra vida familiar también somos siervos unos de otros. Siervo tiene que ser el esposo de la esposa y la esposa del esposo. Siervos los dos de vuestros hijos. Servidores para que todo esté a punto, para que todo funcione. Nuestra actitud debe de ser como la de los sirvientes, cuando María les dice: “Haced lo que Él os diga”.
Jesús y María están presentes en nuestra familia. El milagro se realiza a través de sus intervenciones: convertir nuestra agua en vino; transformar nuestra sed, nuestra hambre, nuestra angustia, nuestra duda, nuestros desatinos o desaciertos. No desaprovechemos la oportunidad de pedir con un corazón sencillo y humilde: “¡No tenemos vino!”.
Los invitados son todos los que se acercan a nosotros, empezando por nuestros hijos y continuando por los familiares, parientes, amigos, vecinos. Se acercan y nuestra misión es mostrarles la alegría de vivir, la alegría de la celebración, la alegría de una profunda conversión de nuestra agua en vino nuevo.
¡Convierte, Señor, nuestra agua en vino!
Por eso, hoy, recoge en tu cántaro, el más grande que tengas, toda tu agua y preséntaselo al Señor: Convierte, Señor, nuestra agua en vino.
Del libro "Haced lo que Él os diga"
Jose Louzán, Allariz - Comunidade Caná