Comunidade Caná

Comunidad Católica de Alianza integrada por familias en el seno de la Renovación Carismática

   
       Comunidade Caná está formada por familias de distintos lugares de España. Contamos también con familias y personas que colaboran con la Comunidad en diferentes servicios y misiones.
        Somos una comunidad de familias. El objetivo no es vivir bajo el mismo techo, sino crecer en familia: que cada familia se sienta fortalecida en su vida de fe, apoyada en las decisiones humanas que debe tomar e impulsada a caminar como familia cristiana en medio del mundo. Cada familia vive de su trabajo diario y está enraizada en un lugar determinado, integrándose en la vida parroquial y construyendo una vida humana y espiritual estable y equilibrada; tiene, por otro lado, plena autonomía para tomar las decisiones que exige su vida familiar, como comunidad que es -“Iglesia doméstica”- dentro de una comunidad mayor.

 
         Nuestro gran reto no consiste en resolver los incontables problemas que surgen en las familias, sino en reconocer el Don que Dios regala y hacerlo fructificar. Es un reto de dimensión divina pero que está a nuestro alcance, porque Dios mismo lo acompaña y lo hace madurar.
      La ideología de la postmodernidad niega la verdad en lo concreto de la vida de las personas: el cuerpo pierde su lenguaje y el tiempo queda fragmentado en instantes; el resultado son personas desintegradas, debilitadas y manipulables. 


     Caná acoge la singularidad de cada familia, creando unas relaciones fraternas, aprendiendo unos de otros en la oración y el compartir humano, espiritual y material, en la línea de las primeras comunidades cristianas. Cada familia de la Comunidad camina como Iglesia doméstica. Nuestro modelo es la Familia de Nazaret. 
      Cada familia se compromete a rezar por las otras familias de la Comunidad y a mantener una comunicación cercana, a visitarnos unos a otros y compartir de cerca nuestras dificultades y alegrías, luces y sombras... Es motivo constante de nuestro compartir, en primer lugar, nuestra propia vida -para crecer espiritualmente y dar mayor gloria a Dios- y, en segundo lugar, nuestra acción pastoral y evangelizadora. 



      El 26, 27  y 28 de mayo (2024) celebraremos en Allariz nuestro Encuentro de Comunidad. Los Encuentros comunitarios son mensuales; normalmente, de fin de semana. En todos ellos hay oración, revisión de vida, formación, participación en la Eucaristía dominical y preparación de las acciones pastorales y de evangelización que lleva a cabo la Comunidad.

   
La Comunidad acoge la singularidad de cada familia, creando unas relaciones fraternas, aprendiendo unos de otros en la oración y el compartir humano, espiritual y material, en la línea de las primeras comunidades cristianas (Hech 2). Cada familia de la Comunidad camina como Iglesia doméstica. Nuestro modelo es la Familia de Nazaret. Hacemos oración en familia al terminar el día: Rosario, Vísperas, lectura de la Biblia acorde con los tiempos litúrgicos...

    Cada familia se compromete a rezar por las otras familias de la Comunidad y a mantener una comunicación cercana, tanto los adultos como los jóvenes y los niños, a visitarnos unos a otros y compartir de cerca nuestras dificultades y alegrías, luces y sombras... Es motivo constante de nuestro compartir, en primer lugar, nuestra propia vida -para crecer espiritualmente y dar mayor gloria a Dios- y, en segundo lugar, nuestro servicio a la Iglesia.

    Todas las familias necesitamos un espacio de intimidad y un espacio de apertura a los otros. Es importante mantener estas distancias. Cada familia ha de ir haciendo su propio camino con el Señor: camino de amor y oración, acción y contemplación, vida familiar y vida de servicio a la Iglesia. Comunidade Caná es una comunidad de comunidades.

   Propiciamos la formación cristiana de todos los miembros de la Comunidad. Una formación bíblica, doctrinal y espiritual que va encaminada a servir a la Iglesia, fundamentalmente en el campo de la familia. Se cuida de modo especial el trato con los sacerdotes.

   Cuando así lo pide una familia, la Comunidad trata de potenciar, apoyar y ayudar la acción evangelizadora que está realizando en el lugar donde vive. La Comunidad va creando un estilo evangelizador propio que tiene como elementos principales la oración y el testimonio.



Desde hace dos años, cristianos de diferentes denominaciones, comunidades y movimientos, nos reunimos para alabar, proclamar la Palabra e interceder por nuestra sociedad, juntos. Y aprovechamos -como no- para hacer fiesta, compartir, charlar y conocernos cada vez más.

¡Salta de Alegría! ¡Espántate de Gozo!

Hoy está todo el mundo pegando saltos por la casa (Lc 1, 44). ¡Menudo susto me llevé yo la noche de Pascua cuando vi el sepulcro vacío! Luego he ido viendo la luz y entendiendo. Dos vecinas de casa estaban llamando a la puerta locas de contentas entre el estupor y la exaltación. Pensaba que teníamos alguna fuga de agua o un paquete de Amazon enorme. Resulta que han visto a Jesús, pero no el de mi grupo de oración, sino Jesús Jesús, por el que nos reunimos cada viernes. Muchos amigos y familiares me están mandando wasaps de felicitación. Mi suegro todavía no se ha enterado de nada, dice que se va de viaje. Voy a escribirle.

Algunos están preparando un viaje a Galilea y todavía hay plazas en el coche. Yo estaba ya pensando que Javier me azuzaba para ir a Corea a evangelizar y ser evangelizados, pero ahora parece que el Moderador dice que lo primero es Galilea y en medio de la guerra, de nuestras guerras interiores sobre todo.

No sé vosotros, pero estos días que sigue el gozo, en el octavario de Pascua, pienso en Juan el Bautista saltando de gozo en el seno de Isabel. Me viene la imagen de algunas embarazadas que vi la noche de Pascua. A María Magdalena (le hicieron una entrevista muy interesante en Caná News) y la otra María cuentan que saltaron de espanto cuando vieron al ángel y saltaron de alegría ante la noticia. Ahora las pongo cara de Chosen, ja, ja. Es tan grande la alegría que se estremece todo, como en un salto de espanto. Hay una mezcla de pavor y gozo. Y Jesús tiene que salir al camino para decirles expresamente: “Alegraos , no tengáis miedo” (Mt 28,6-10).

Veo la foto de Anxo de Elena que me acaban de mandar por Slack. Entiendo cómo la Resurrección nos estremece de miedo y alegría. Lo que os cuento es real, no es sólo imaginación el primer párrafo. Manuel, un amigo de mi hijo, se levantó de su banco la Vigilia de Pascua. ¡Lo he visto! Alguien muy querido danzaba esa noche y una persona enferma cerraba su ojos con una sonrisa de paz.. Todos los acontecimientos que han sucedido estos días, no los he dispuesto yo; he visto cómo Jesús preparaba el banquete y lavaba mis pies, rezaba por mi familia a través de los hermanos, lejos físicamente, pero cerca en el Espíritu.

¿Quiero más signos de resurrección? ¡Tengo que subir a Galilea!

Es un escándalo la Alegría de la Resurrección en medio de nuestro pecado, de nuestra miseria, de un mundo en guerra. Es necesario dejarse salvar, dejarse impresionar y saltar de gozo, saltar con Juan, alegrarse con los Reyes, saltar con el paralítico, vibrar con el leproso y pegar un bote al sicomoro como Zaqueo; estar contento a pesar del sufrimiento, como el buen ladrón y mi hermano Jose.

Lo realmente novedoso de ser cristianos es que en nuestra familia todos estos sobresaltos se pueden actualizar, porque Jesús está vivo y resucitado con nosotros. Nuestro mundo, con todas sus dificultades y problemas, ya ha sido rescatado y la historia termina bien. La vida no termina en drama; termina en un sobresalto de gozo. ¡Es Pascua, salto de la esclavitud a la libertad!

Hay un personaje que me preocupa; es el único que no ha saltado de contento y de alegría cuando se ha encontrado con Jesús. Se trata del joven rico: “Se puso triste, porque era muy rico” (Lc 18, 23). ¡Atención! El peligro de las riquezas. ¿Qué cosas tenemos que nos pueden alejar del gozo genuino de la Resurrección? Adicciones, apegos, intereses, gustos. El Papa Francisco, en la Evangelii Gaudium Cap I.2, habla de esto: "El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro”. Simplemente una pista: ofrezcamos todo a Dios, en Dios y con Dios (1Cor 10, 31).

Una reflexión final sobre la alegría de la Resurrección... Lo contrario de la alegría no es la tristeza; es la acedía. ¡Ponte en marcha, comunica tu experiencia pascual! Busca una comunidad, un lugar concreto donde compartir, lo que no se da se pierde. “¡Dad gratis lo que gratis habéis recibido!” (Mt 10, 8).

Es muy importante ser personas de temperamento alegre, que a mí es lo primero que se me viene a la cabeza cuando escucho a Pablo:¡Estad siempre alegres! (Fil 4, 4). Marían Rojas tiene conferencias muy interesantes sobre ello. Pero todos sabemos que no se trata de un sentimiento, de una emoción; se trata de una experiencia vital de encuentro con el resucitado, sentirnos salvados en medio de nuestra circunstancia. Es consecuencia de vivir las virtudes de la fe, caridad y esperanza, superando los niveles del temperamento, la vida social y profesional, la salud, el bienestar... Este salto sólo lo puede hacer el Espíritu Santo en nuestro interior. Estamos ya rezando por esta venida en nuestras familias: ¡Vamos al cenáculo! Busca tu comunidad “Caná en algún lugar. ¡Abre los ojos al Resucitado en tantos lugares de la Iglesia y de fuera de ella!.

Escucha la canción y da saltos suaves con tus manos, cuando dices se siente… aquí se siente, apuntando a tu casa y a tu corazón: La alegría de Dios.

Aquí va una propuesta de DINÁMICA. Haced los siguientes retos con un dado o sacando papeles.

  1. Uno : das un salto muy alto y hoy tendrás que comunicar a alguien una buena noticia.
  2. Dos: darás un salto y una palmada. Tendrás que comunicar una buena noticia y dar un abrazo.
  3. Tres: darás tres saltos; escribirás tres cosas que te dan mucha alegría para que las conozca tu familia, y preguntarás tres cosas que dan mucha alegría a los tuyos.
  4. Cuatro: dos saltos y dos palmadas; además, una obra de caridad corporal y otra espiritual.
  5. Cinco: como 2 + 3 son cinco, debes hacer estos dos retos.
  6. Seis: puedes hacer 2 + 4; es decir, darás tres saltos y tres palmadas... y lo que sigue luego.

Algunas pequeñas cosas de la vida que me dan alegría:

Rezar por los demás, ayudar a personas mayores o minusválidas, defender a los que están en minoría, hablar con el mendigo del supermercado, reconocer mis debilidades, aceptarme como Dios me quiere, disfrutar del chocolate, mostrarme como cristiano, leer la Biblia, dar gracias y alabar a Dios por lo bueno y lo malo, bailar, cantar, tocar la guitarra, mirar las estrellas, hacer un buen guiso para otros, dar un paseo a la ermita de la Virgen rezando el Rosario, subir a un monte, ir en bici a la playa, una buena conversación con un amigo, ver a mis hermanos de comunidad, hacer un regalo, complicidad con mi mujer Susana…

Fernando de Susana - Comunidade Caná


“Al rayar el alba, antes de salir el sol, María Magdalena fue al sepulcro. Y vio la piedra quitada” (Jn 20, 1-2)

María se encuentra aquella mañana ante un acontecimiento inesperado; algo que lo cambia todo. Ella siente que se han llevado a su Señor y empieza una carrera frenética para avisar a los amigos de Jesús. “Se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto” (Jn 20, 13). Lo ha perdido dos veces; en vida y ahora muerto.

Para encontrar verdaderamente a Dios… quizás haga falta perderlo. Dejemos que nos arrebaten a ese Dios triste y aburrido. Abrámonos hoy a la sorpresa del Resucitado. María no lo reconoció por la vista, sino por el oído; por su voz. Lo escucha y lo reconoce como el Pastor que pronuncia su nombre.



Permitidme una audacia del Espíritu… Preguntémosle a María Magdalena:

- María, ¿qué te hizo sentir Jesús?

- Él tocó mi vida como un rayo de luz que llegase al fondo más oscuro del pozo, a aquel punto que me producía horror y asco, incluso de mí.

- Jesús te admitió en su séquito, junto a otras mujeres (Jn 8, 1-3).

- Él tomo posesión del lugar antes ocupado por demonios. Todos los que lo seguíamos fuimos sanados.

- ¿Por qué te eligió el Señor para dar la noticia?

- Aquella mañana, al acercarme al sepulcro, aunque diera la apariencia de que me interesaba por un muerto, atendía a la llamada de la luz de la vida sin darme cuenta de ello… El amor era más fuerte que la resignación.

- Tú, María, en esa mañana, ¿qué sentiste?

- Lo único que sé es que Él, el gran jardinero, me ha llamado por mi nombre. Al instante reconocí su voz. Me dio un vuelco el corazón y tuve la certeza de que estaba vivo.

- Formula un deseo…

- Mi deseo es que todos aquellos que creen en Jesús sean ministros de la misericordia que, con el poder del Resucitado, puedan resucitar a personas como era yo. Para ello es necesario que hombres y mujeres vean en nuestros ojos mirada de enamorados, que a través de nuestros ojos y nuestro corazón puedan sospechar Su Presencia en medio de nuestro mundo. Él vive para sacarnos del barro y convertirnos en perlas de inmenso valor.

“María Magdalena fue a decir a los discípulos que había visto al Señor y a anunciarles lo que Él le había dicho” (Jn 20, 18).

Y tú, ¿a quién se lo vas a contar...?

Montse de Javier - Comunidade Caná

 Sed vosotros mismos el canto que vais a cantar. Canto nuevo, vida nueva” (S. Agustín)


Este libro, en torno a la música y el canto desde la experiencia del Espírituahonda en cuestiones clave:

  • ¿Cómo descubrir el verdadero sentido que Dios quiere dar a la música en nuestra vida y en nuestra fe, tanto en el plano personal como en el comunitario?
  • ¿Qué nos dice el Señor a través de su Palabra y de nuestra Madre la Iglesia sobre todo ello?
  • ¿Qué papel tiene la música en la evangelización y la oración?
  • ¿Qué música y de qué modo?
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>>> Más sobre la música y el canto desde la experiencia del Espíritu:

  
       El noviazgo es el tiempo en el cual los dos están llamados a realizar un trabajo compartido sobre el amor; un trabajo en profundidad. Se descubren poco a poco el uno al otro.  El hombre ‘aprende’ acerca de esta mujer, su novia; y la mujer ‘aprende’ acerca de este hombre, su novio.      
     Desde esta perspectiva -apuntada por el Papa Francisco- hemos preparado 15 temas para ayudaros a verificar vuestro amor. Nuestra propuesta es acompañaros en este camino que tiene meta. La clave ha de ser el diálogo que estos temas, como etapas de un camino, susciten entre vosotros, los novios.

El ITINERARIO se desarrolla en ENCUENTROS MENSUALES
Estamos a vuestra disposición...
986.313.795   canacomunidade@gmail.com    636.086.986 (WhatsApp)
   
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"Aprender a amar a alguien no es algo que se improvisa 
ni puede ser el objetivo de un breve curso 
previo a la celebración del matrimonio
(Amoris laetitia 208)


Rialdarca, itinerario para NOVIOS 

Un sendero de poco más de un kilómetro, para personas de cualquier edad




Desperta !
     É tempo de se deixar facer por Deus, de que o noso ser máis fondo sexa tocado polo Lume Santo. Liberados, restaurados, espelidos por Aquel que continúa a baixar aos infernos da humanidade na nosa procura, na procura dos seus amados e amadas. 
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     El vén por ti. Déixate derribar ! . . .
Cómpre que, no corazón da Igrexa de Compostela, avivemos a forza do Espírito.

   El faino todo novo. PASCUA: novas marabillas inesperadas, desconcertantes, desestabilizadoras… A impresionante marabilla de deixar a Deus ser Deus !
     Este é tempo de crise. Aleluia! Tempo de soños, de visións… e de cumprimento das Súas promesas. El sigue traballando ao seu xeito e precisa de nós.

Así que... veña,
botémoslle leña ao Lume do Espírito !!!
 
Con la aclamación que llamamos el Aleluya se inicia el ritual de la proclamación del Evangelio en la Eucaristía. “Halelu-Yah” es una palabra hebrea que ha pasado sin traducir a todas las liturgias y significa “alabad a Yahvé”. Es una invitación a la alabanza y una expresión de júbilo. Con ella, la asamblea de los fieles recibe y saluda al Señor que va a hablarles; le glorifica y festeja en la Palabra que se dispone a escuchar, cuya acogida manifiesta de antemano con el saludo respetuoso y gozoso que dirige al Señor de esa Palabra, porque reconoce la presencia de Jesucristo en esa proclamación que va hacerse del Evangelio… Entonces, toda la asamblea se pone en pie y canta al Señor con esta aclamación de alegría y júbilo que es el Aleluya.

El Aleluya tiene un carácter marcadamente pascual, y está especialmente indicado para los domingos y festivos. Es la aclamación pascual por excelencia, la que oímos resonar con fuerza en la noche de Pascua, cuando el sacerdote, terminada la epístola, entona por tres veces Aleluya, elevando gradualmente la voz, y repitiéndolo a continuación la asamblea. Una vez entonado el Aleluya, ya no se volverá a omitir durante toda la cincuentena pascual y será uno de los distintivos de este tiempo litúrgico.

Toda la asamblea se pone en pie y canta al Señor con esta aclamación de alegría y júbilo que es el Aleluya.

Vayámonos ahora al siglo IV y escuchemos a Agustín: “Alabemos al Señor, hermanos, con la vida y con la lengua, de corazón y de boca, con la voz y con las costumbres. Dios quiere que le cantemos el Aleluya de forma que no haya discordias en quien lo alaba. Comiencen, pues, por ir de acuerdo nuestra lengua y nuestra vida, nuestra boca y nuestra conciencia. Vayan de acuerdo, digo, las palabras y las costumbres, no sea que las buenas palabras, sean un testimonio contra las malas costumbres. ¡Oh feliz Aleluya del Cielo! Es suma la concordia de quienes lo alaban allí donde está asegurada la alegría de los cantantes, donde no existe la lucha promovida por la ambición que ponga en peligro la victoria de la caridad. Cantemos pues aquí, aún preocupados, el Aleluya, para poder cantarlo allí sin temor. Entonces se cumplirá lo que está escrito. Grito no ya de quien lucha, sino de quien ya ha triunfado. La muerte ha sido absorbida por la victoria… ¡entónese el Aleluya! ¿Dónde está muerte tu aguijón?… ¡cántese el Aleluya! Cantemos el Aleluya aun aquí, en medio de peligros y tentaciones. Fiel es Dios, que no permitirá que seáis tentados por encima de vuestras fuerzas. Por tanto, cantemos también aquí el Aleluya. El hombre es todavía culpable, pero Dios es fiel”.

El Aleluya se canta en todos los tiempos litúrgicos, excepto en el tiempo de Cuaresma, en el que en lugar del Aleluya se canta el verso que presenta el leccionario antes del Evangelio y que llamamos tracto o aclamación. Al ser el Aleluya una aclamación jubilosa, su forma normal es el canto. El Aleluya debe ser cantado por toda la asamblea, no solo por el cantor o coro que lo empieza. No es una letra que se canta -una lectura cantada- como el Salmo Responsorial, sino una música con algo de letra -un canto aclamativo- en el que lo más importante es el hecho mismo del canto jubiloso. Por eso, al contrario del Salmo Responsorial que se canta o se recita, el Aleluya, si no se canta, puede omitirse; porque, si no se canta, pierde todo su sentido como aclamación. La función ministerial del Aleluya es acompañar la procesión del Evangeliario, por lo que -en cierto modo- es también un canto procesional. Existe procesión, movimiento procesional, desde que el diácono pide la bendición hasta que llega al ambón y proclama el Evangelio; pero no es esa su única función, la función de acompañar la procesión, porque no siempre hay procesión. El Aleluya (o, en el caso de Cuaresma, el canto del versículo antes del Evangelio) tiene por sí mismo el valor de rito o acto. Tiene entidad propia, no es la conclusión de la segunda lectura, sino que inicia la proclamación del Evangelio y por eso la asamblea se pone de pie para cantarlo. Hay una práctica -una mala práctica cada vez más extendida- que es cantar en este momento cualquier canto que contenga la palabra “aleluya”. Y no es apropiado cualquier canto para este momento… Se trata de hacer la aclamación Aleluya, cantar el versículo, y volver hacer la aclamación Aleluya. Esta es la estructura que hay que seguir; no vale cualquier canto para este momento.

El Aleluya (o, en el caso de Cuaresma, el canto del versículo antes del Evangelio) tiene por sí mismo el valor de rito o acto.

“Dichoso Aleluya aquel, en paz y sin enemigo alguno. Allí no habrá enemigo ni perecerá el amigo. Se alaba a Dios allí y aquí; pero aquí lo alaban hombres llenos de preocupación, allí hombres con seguridad plena; aquí hombres que han de morir, allí hombres que vivirán por siempre; aquí en esperanza, allí en realidad; aquí de viaje, allí ya en la patria… Ahora, por tanto, hermanos míos, cantémoslo; pero como solaz en el trabajo, no como deleite en el descanso. Canta como suelen cantar los viandantes. Canta pero camina. Alivia con el canto tu trabajo. No ames la pereza. Canta y camina. ¿Qué significa camina? Avanza, avanza en el bien. Según el Apóstol, hay algunos que van a peor. Tú, avanza y camina;  pero avanza en el bien, en la recta fe, en las buenas obras. Canta y camina: no te salgas del camino, no te vuelvas atrás, no te quedas parado. ¡Canta y camina!” (S. Agustín).

Javier de Montse - Comunidade Caná

Escucha AQUÍ el tema completo



    "Yo les he dado la gloria que Tú me diste, 

para que sean uno, así como nosotros somos uno"

(Jn 17, 22)


   "Unidad para la misión: no para estar quietos, ¡no! Para proclamar que Jesús es el Señor, para anunciar juntos el amor del Padre por todos sus hijos. Para anunciar la Buena Nueva a todos los pueblos. Para demostrar que la paz es posible a partir de nuestra confesión de que Jesús es el Señor y de nuestra evangelización por este camino. ¡Es posible! Aun mostrando que tenemos diferencias -esto es obvio, tenemos diferencias-, pero queremos ser una diversidad reconciliada." (Francisco, 3-6-2017, Circo Máximo)

   ¡Bendigamos al Señor porque la Renovación Carismática vive un kairós, un momento crucial! La acción lúcida y decidida del Papa ha dado lugar a CHARIS. Vivimos un tiempo nuevo, también en España. El Espíritu de Dios se mueve con fuerza, venciendo la parálisis, los miedos, la rigidez...


    "El don más precioso que todos hemos recibido es el Bautismo. Y ahora el Espíritu nos conduce por el camino de conversión que atraviesa todo el mundo cristiano y que es una razón más para que la Renovación Carismática Católica sea un lugar privilegiado para transitar el camino hacia la unidad. Esta corriente de gracia es para toda la Iglesia, no solo para algunos. Todos somos siervos de esta corriente de gracia." (Francisco, 3-6-2017, Circo Máximo)

   Se van abriendo rendijas por las que se cuela la gracia: promover el bautismo en el Espíriitu, el ejercicio de los carismas y la dimensión ecuménica de la Renovación Carismática al servicio de la unidad de los cristianos, fomentar la comunión de corazón y de acción entre las diferentes realidades dentro de nuestra gran familia carismática. Es tiempo de que -como CORRIENTE de GRACIA formada por diversas expresiones que el Espíritu suscita- estrechemos nuestros vínculos para anunciar el Evangelio y sirvamos a la Iglesia desde una mayor COMUNIÓN, viviendo realmente como una diversidad reconciliada.

    "Ahora estamos aquí, y somos muchos, celebrando la obra soberana del Espíritu Santo en la Iglesia, que empezó hace 50 años y dio comienzo ¿a una institución? No. ¿A una organización? No. A una corriente de gracia, a la corriente de gracia de la Renovación Carismática. Obra que nació… ¿católica? No. Nació ecuménica. Nació ecuménica porque el Espíritu Santo es el que crea la unidad, y es el mismo Espíritu Santo el que inspiró que fuera así" (Francisco, 3-6-2017, Circo Máximo).

    Es necesario clamar, pedir al Señor su bendición, su sabiduría, su unción, sus profetas y servidores para este TIEMPO NUEVO... ¡Abrámonos a la acción del Espíritu Creador! Y es que "las cosas viejas pasaron; he aquí que todo es hecho nuevo" (1Cor 5, 17); "no recordéis las cosas anteriores ni consideréis las cosas del pasado" (Is 43, 18). La Vida en el Espíritu es nueva e imprevisible. Siempre más adelante... ¡Vayamos tras el Espíritu!: Mirar el horizonte > Salir de nuestro miedo > Ser más familia > Extender la tienda > Caminar juntos con los cristianos de diferentes Iglesias, en la oración y la acción por los que más lo necesitan. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu (1Co 12,13). “Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo” (1Co 12,12).

   ¡Abramos paso en nuestros corazones para que pueda pasearse por ellos el Espíritu Santo! ¿Quién es insustituible en la Iglesia? ¡El Espíritu Santo! ¿Quién es el único Señor? ¡Jesús! Entonces digamos, hermanos y hermanas: ¡Jesús es el Señor! Alabemos a Jesús, aclamemos con fuerza al Espíritu Santo: ¡Ven, Espíritu Santo!

Montse de Javier & Javier de Montse


  • AZÚCAR: oración y misión en el Poder del Espíritu, con ejercicio real de dones y carismas, como discípulos misioneros en comunidad.
  • CAFEÍNA: obediencia y humildad, transparencia y sometimiento, discernimiento comunitario, corrección fraterna y revisión de vida.
    La primitiva Iglesia se movía en el Espíritu, como fuego en un cañaveral, fuera de las murallas. A la intemperie. En lucha y contemplación, lejos de las seguridades y el poder mundano. Fijos los ojos en Aquél que se hizo un tatuaje con mi nombre en Sus manos, y en Sus pies, y en Su costado. Aquel que, fuera de las murallas, murió en la Cruz por mí, entregando toda su vida por amor. Su presencia está ahí fuera, los dones están operativos ahí fuera, el corazón de Dios está ahí fuera... Se trata de hacer discípulos y construir la comunidad, no de mantener edificios, gestionar programas y el sostener el culto.

              

     No hay revelación conocible fuera de la vida y el testimonio de quienes la transmiten. Lo que testimonia quién es Dios y el sentido de la revelación es la vida de los cristianos. Porque el cristiano no se define meramente por lo que cree sino por cómo vive aquello que cree. Esto es lo que decía Kierkegaard, un cristiano danés del siglo XIX: “La tontería en la que vivimos -como si fuera ser cristiano- no es en absoluto lo que Cristo y el Nuevo Testamento entienden por ser cristiano. Creer es aventurarse tan decisivamente como sea posible para un hombre, rompiendo con todo lo que él naturalmente ama, para salvar su vida, rompiendo con aquello en lo que naturalmente tiene su vida.”