Comunidad Católica de Alianza integrada por familias en el seno de la Renovación Carismática
Dios nos ha colocado en un pequeño lugar –nuestra familia-. Desde ese lugar estamos llamados a crear, a recrear, a renovar el mundo, a embellecerlo. Estamos llamados a ser imagen de Dios para nuestro esposo/a, nuestros hijos, nuestros familiares, amigos, vecinos...Llamados a dar un espectáculo de amor, belleza, alegría, paz, perdón,... y esperanza al mundo.
Estamos llamados a
manifestar una belleza profunda y misteriosa en la sencillez de la vida
cotidiana, en el amor renovado día a día; llamados a dar un espectáculo de amor
al mundo. ¡He aquí la verdadera belleza! Estamos llamados a embellecer el mundo
con los valores del Reino de Dios, con la presencia de Cristo en nuestros
corazones, con el Espíritu que nos inspirará siempre cosas buenas y bellas. Proclamamos
que belleza, amor, bondad y verdad van juntas.
Sin familia no hay persona.
El ser humano, al nacer, es acogido en el seno de una comunidad de amor que lo
acompañará en una primera etapa hasta su independencia del hogar; pero -en
esencia- lo acompañará siempre porque en la familia recibimos una parte
esencial de todo lo que somos.
En una sociedad cada vez más deshumanizada, la familia se levanta hoy como la defensora del hombre. Defensora por medio del servicio: la familia al servicio de la persona humana; cercana y comprensiva ante cualquier situación humana, por muy disparatada que sea.
Llamados por Jesús el Señor a vivir en el Espíritu, siendo testigos de que Él vive y actúa aquí y ahora, nuestro propósito es que cada familia sea fortalecida en su vida de fe, apoyada en su proceso de construcción humana e impulsada a ser sal y luz en medio del mundo.