50 años de Renovación
El 18 de febrero de 1967, treinta estudiantes y profesores de la universidad de Duquesne (Pensylvania), hacían un retiro espiritual para profundizar en la fuerza del Espíritu, dentro de la iglesia primitiva, ausente en el cristianismo que ellos veían languidecer. Lo que sucedió en aquel retiro fue una capacidad nueva para estar a la escucha… La experiencia de la efusión del Espíritu de aquél retiro, se repitió en las universidades de Notre Dame, en South Bend, Indiana y en Michigan.
Grupos que nadie planeaba, ni convocaba, se multiplicaron como pequeñas luces en un estadio. Era la libertad de Espíritu que estallaba en todas partes, suscitando lluvias de carismas en toda persona bautizada que recibía la Efusión del Espíritu Santo. Era la libertad de los hijos de Dios.
Este fue el comienzo de la Renovación Carismática Católica, que se fue extendiendo por todas partes del mundo, en las diferentes iglesias cristianas que acogen a Jesucristo como único Salvador.
La Renovación cree y vive la experiencia del poder del Espíritu que sigue, a través de sus carismas, santificando y capacitando para vivir el Evangelio en plenitud, para evangelizar con poder, como testigos de Cristo resucitado, y renovar todas las formas de presencia (oración, vida sacramental, amor fraterno, ejercicio de los diversos ministerios y virtudes cristianas) de Cristo en la Iglesia y de servicio a las personas.
No se trata propiamente de un “movimiento” de la Iglesia, sino más bien de la Iglesia en movimiento. Un dinamismo renovador que ha ido surgiendo por todo el mundo con distintas expresiones: Grupos de Oración, Comunidades de Alianza (como Comunidade Caná), Ministerios y Escuelas de evangelización, etc.
La Renovación cree y vive la experiencia del poder del Espíritu que sigue, a través de sus carismas, santificando y capacitando para vivir el Evangelio en plenitud, para evangelizar con poder, como testigos de Cristo resucitado, y renovar todas las formas de presencia (oración, vida sacramental, amor fraterno, ejercicio de los diversos ministerios y virtudes cristianas) de Cristo en la Iglesia y de servicio a las personas.
No se trata propiamente de un “movimiento” de la Iglesia, sino más bien de la Iglesia en movimiento. Un dinamismo renovador que ha ido surgiendo por todo el mundo con distintas expresiones: Grupos de Oración, Comunidades de Alianza (como Comunidade Caná), Ministerios y Escuelas de evangelización, etc.
2 comentarios
Les felicito yo también me incorpore a una comunidad de alianza, cuyo carisma ea evangelizar, trabajamos por muchos años y aún seguimos compartiendo esa maravillosa misión, sin embargo,ahora
ResponderEliminaryo pertenezco a un instituto secular, pero sigo sirviendo en este sentido y comparto con la RCC,
Unidos en la oración y la misión, Nancy.
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