Servir en la RCC
La misión del SERVIDOR en la Renovación Carismática
Cuando hablamos de la misión del
servidor en la Renovación Carismática nos referimos a lo que esperamos ser, lo
que anhelamos ser. Es lo que buscamos, el objetivo por el que trabajamos como
carismáticos. Como servidores, debemos tener claro el objetivo, porque si no,
iremos hacia cualquier lugar, sin dirección, sin metas.
Hay seis metas que el servidor
carismático debe perseguir:
1. Ser la mejor
versión de Jesucristo
Todo servidor en la Renovación
está llamado a ser la mejor versión de Cristo para el mundo de hoy. Parecerse a
Jesús, ser semejante a Jesús. Hay que parecerse a Él en nuestra forma de ser,
de predicar, de actuar. La imagen del hombre perfecto siempre será Jesús, ni
siquiera lo es el más santo entre los hombres. Ser la mejor versión de
Jesucristo consiste en obsesionarnos en parecernos a Él, en ser como Él.
San Pablo en 2Cor 2, 15 dice que
nosotros somos el buen olor de Cristo, tanto para los que se salvan, como para
los que se pierden. En medio del hedor del pecado, los servidores carismáticos
estamos llamados a parecernos a Cristo para que el mundo sienta esa fragancia
cada vez que se encuentra con nosotros. Significa actuar como Él, ser como él,
en nuestra forma de hablar, de vestir, de actuar tanto en los diferentes
ministerios en los que servimos, como en nuestras familias y la sociedad.
2. Conocer
íntimamente al Señor a quien servimos
En 1Sam 3,1-10 nos encontramos
con el relato del joven Samuel, un servidor que vivía en el templo, pero no
conocía a su Señor, a quien servía, por eso no sabía distinguir su voz cuando
le hablaba.
Hay muchos servidores que
prácticamente viven en la iglesia, se pasan toda la vida sirviendo al Señor en
la Renovación, en uno o varios ministerios, pero no conocen al Señor. Van a
grupos de oración, formación, asambleas, retiros y todo a lo que puedan asistir
en la Renovación, pero no conocen a Jesús. Se saben la Biblia de punta a punta,
la leen, pero no saben distinguir la voz de Dios en sus vidas, porque no le conocen,
no le aman, no han tenido una experiencia íntima con Dios. Hace falta esa
cercanía con Él.
3. No ser solo
colaboradores, sino comprometidos
Cuando nos comemos un sándwich de
jamón y queso, hay dos animales que aportan para su elaboración. La vaca pone
el queso y el cerdo pone el jamón. Pero de la vaca se extrae la leche para el
queso y esa vaca sigue viva y le seguirán sacando leche. Mientras que el cerdo,
para extraer de él el jamón, da la vida. De tal modo que la vaca “colabora”,
pero el cerdo se compromete.
Hay muchos servidores de la
Renovación Carismática que se han vuelto colaboradores como la vaca. Todos los
días colaboran un poco, pero no se comprometen, no dan la vida, no se juegan el
todo por el todo por la Renovación Carismática y por la Iglesia. Y por eso es
que muchos al primer problemita que se encuentran en la comunidad, se marchan,
porque no están dispuestos más que a colaborar, no a dar su vida. Muchos no
sirven a la Renovación, sino que se sirven de ella.
Un colaborador en la Renovación
da del tiempo que le sobra. Un comprometido da del tiempo que tiene incluso
para hacer otras cosas. Un colaborador da limosna, pero un comprometido diezma.
Como servidores estamos llamados
a ser comprometidos, no colaboradores.
4. Prestar un servicio en dos dimensiones: motivar al que está cerca y
llegar al que está lejos
Lo primero es hacer el camino del
discipulado ayudando a la gente que ya forma parte de la comunidad. Ayudar al
que está desanimado, al que le está costando la perseverancia. Al que tiene
problemas. Pero no es suficiente establecer comunidades que sólo miran para
adentro, que solo sirven y piensan en su comunidad ya formada, en los que ya
están dentro. No se deben formar comunidades en función de los que ya
perseveran. Hay que buscar al que está fuera, al que está lejos, y eso incluye
a los que ya han formado parte de nuestra comunidad y se nos han ido.
Hay que crear comunidades
atractivas, que llamen la atención y que los que están lejos sientan el enorme
deseo de estar dentro, de ser de los nuestros. Por ello urge siempre una
evangelización permanente e ir creando los espacios para hacer que muchos más
se vayan incorporando a nuestras comunidades carismáticas.
5. Renovarse o
morir. Innovar o morir
En las grandes empresas se habla
mucho de la innovación. El mundo cambia constantemente y
hay que irse actualizando para no quedarse retrasados, a la retaguardia.
Como servidores debemos tener
siempre este pensamiento: o nos renovamos constantemente, o morimos. Y no se trata
de inventarse tantas cosas, de tener ideas locas, sino de plasmarlas en la
realidad, de hacer que esas ideas se realicen. De sacar provecho aún de las
adversidades, porque la innovación surge de las crisis, de los retos.
El servidor está siempre llamado
a romper paradigmas, a romper esquemas. O nos renovamos o morimos, y el que
hace todas las cosas nuevas en Renovación es el Espíritu Santo, con Él hay que
buscar constantemente un cielo nuevo y una tierra nueva.
6. ¡No tener
miedo!
El libro de los Números, capítulos
13 y 14, nos relata el acontecimiento aquel en el que Moisés y Aarón escogen a
un representante de cada una de las tribus para mandarlos a espiar la tierra
prometida. Josué y Caleb regresan emocionados contando las maravillas de esa
tierra que mana leche y miel; pero los otros diez pusieron “peros”,
argumentando que sus habitantes eran gigantes a quienes no podrían vencer.
Josué pidió avanzar, pero a Moisés y Aarón les dio miedo y por eso el Señor no les
permitió entrar en la tierra cometida.
Si los servidores de la
Renovación queremos avanzar a tomar la tierra que Dios nos ha prometido, a
conquistar y conseguir grandes cosas, debemos avanzar sin miedo aunque los
enemigos a vencer sean gigantes, más entrenados, más fuertes; porque ellos
confían en ellos mismos, pero nosotros creemos en el poder de Dios. Dios no
tolera servidores cobardes! Debemos avanzar sin miedo, anticipándonos a las
adversidades para avanzar hasta donde otros no han podido llegar.
Para avanzar en todos los
proyectos de la Renovación Carismática, es necesario “sudar la camiseta”, como
hombres valientes, con fe, con ánimo firme. Sólo así podremos rescatar la
fuerza que en muchos lugares la Renovación ha perdido, producto de la cobardía
de servidores cobardes que han disminuido en su labor, por miedo a los nuevos
retos que el mundo nos presenta. Hay muchas comunidades que no avanzan,
retroceden, porque no se actualizan, porque no quieren arriesgarse, porque le
temen a las nuevas adversidades que nos rodean. No quieren salir a la calle, no
tienen nuevos métodos, no se arriesgan.
Servidores de la Renovación
Carismática, ¡a avanzar con fuerza, sin miedo!
Padre Jhon Mario
3 comentarios
Me parece muy enriquecedor está exposición sobre la misión del servidor..se puede exponer cada semana un punto en los grupos como enseñanzas
ResponderEliminarMe parece muy enriquecedor está exposición sobre la misión del servidor..se puede exponer cada semana un punto en los grupos como enseñanzas
ResponderEliminarMuchas gracias por este tema me ayuda mucho para compartir con la comunidad
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