Su Amor... ¡nunca falla!
El Papa Francisco asegura que toda la historia de la salvación «es la historia de Dios que busca al hombre, le ofrece su amor, le acoge». Hasta que llegó la plenitud de los tiempos -dice- en que Dios envió a su Hijo «para que su designio de amor y de salvación se realice en una nueva y eterna alianza con toda la Humanidad».
«¿De dónde nace entonces la Iglesia? Nace del acto supremo del amor en la cruz, del costado traspasado de Jesús, del que fluyó sangre y agua, símbolo de los sacramentos del Bautismo y de la Eucaristía». Por ello, el Papa Francisco nos invita a sentir a la Iglesia como «una familia en la que se ama y se es amado».
«Despierta, hombre: por ti Dios se hizo hombre. Despierta, tú que duermes, levántate de entre los muertos; y Cristo con su luz te alumbrará. Te lo repito: por ti Dios se hizo hombre.
Estarías muerto para siempre, si él no hubiera nacido en el tiempo. Nunca hubieras sido librado de la carne del pecado, si él no hubiera asumido una carne semejante a la del pecado. Estarías condenado a una miseria eterna, si no hubieras recibido tan gran misericordia. Nunca hubieras vuelto a la vida, si él no se hubiera sometido voluntariamente a tu muerte. Hubieras perecido, si él no te hubiera auxiliado. Estarías perdido sin remedio, si él no hubiera venido a salvarte.
Celebremos pues, con alegría la venida de nuestra salvación y redención. Celebremos este día de fiesta, en el cual el grande y eterno Día, engendrado por el que también es grande y eterno Día, vino al día tan breve de nuestra vida temporal.»
(San Agustín)
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