Sé el héroe de tus hijos
Llamados a ser héroes: “Las familias tenemos que cortar con todo lo que nos hace daño”
Dios, otras familias y las ideas claras: este es el antídoto contra el veneno que el enemigo y el mundo tratan de inocular en nuestras familias. Hablamos con varias de ellas que están en pleno combate y ya han librado– y ganado– algunas batallas.
Por Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Artículo publicado en la edición número 65 de la revista Misión, la revista de suscripción gratuita más leída por las familias católicas de España.
“Los padres son los verdaderos héroes de este siglo, no los superhéroes de Disney o de Marvel. Aquellos que se casan, engendran hijos y persisten en transformar el mundo de hoy son unos titanes. Y en Occidente son pocos y están cada vez más arrinconados”, afirma Javier de Montse, fundador junto a su mujer Montse de Javier y otro matrimonio de la Comunidad de Caná, el origen de la fraternidad de Familias Invencibles.
Padres de tres hijos y abuelos ya de varios nietos, cada uno atesora 40 años de experiencia como profesores de Infantil y Primaria, además de varias décadas preparando juntos itinerarios para novios y acompañando a personas con situaciones familiares difíciles.
“¿Queremos de verdad que nuestros hijos vivan una vida plenamente humana y cristiana? ¿En serio?”, pregunta Javier. “Pues entonces seamos arriesgados y tomemos decisiones para cortar con todo aquello que el mundo ve normal pero que en realidad nos hace daño”, contesta él mismo.
“En estos tiempos de barbarie tenemos que tomar las riendas de la educación de los hijos para seguir transmitiendo el fuego del bien”
No hay medias tintas. O el padre y la madre adoptan esta actitud “o ya estás dejando que sobre tu vida y tu familia decidan el colegio, el ambiente, la televisión y los amigos”, añade Montse, su mujer, que deja en el aire varios interrogantes concretos: “¿Qué hacemos el sábado y el domingo papá y mamá? ¿Cómo acostamos a los hijos por las noches? ¿Se vive la trascendencia en casa o no? ¿Está Dios en casa, sale Jesús en nuestras conversaciones durante la cena?”.
Para Montse, “hay muchas familias que se dicen cristianas, pero sus criterios son mundanos. Están aburguesadas. Lo que prima en ellas es el interés personal, el bienestar, la economía… A la hora de elegir los estudios se enfocan solo en las salidas laborales. Eso son claves mundanas, no cristianas. ¿Se habla demasiado de dinero en casa? Eso al final acaba haciendo daño a los hijos, porque les hace ver el mundo y la vida de una manera que no es la que tiene Dios”. En este tipo de familias, “la fe es algo que se deja para el colegio o para la parroquia, y eso es claramente insuficiente”.
El fuego de la verdad
En contrapartida, hay padres que tienen las ideas claras y no dudan en actuar si es necesario. Como Francisco Lizarán y Caridad Miranda, que con nueve hijos entre 3 y 19 años vieron cómo en su colegio “empezaron a imponer a los niños lecturas que promovían la ideología de género y el cambio de sexo, y hasta algún profesor les animaba a experimentar sexualmente en el baño”. Al final decidieron cambiarles de centro, y conscientes de que la actual cultura audiovisual “cada vez les adoctrina más en el ideario LGTBIQ y en la frivolidad, nosotros les ofrecemos películas y series antiguas donde no se alteran como en las de ahora nuestros valores”.
“En estos tiempos de oscuridad y barbarie, tomar las riendas de la educación de nuestros hijos puede ser la única manera de lograr la restauración de la familia y de seguir transmitiendo el fuego de la tradición, del bien, de la verdad y la belleza”, asegura Paloma Estorch, madre de cinco hijos en la tierra y de dos en el Cielo, autora del blog Paideia en familia .
Ella y Carlos, su marido, optaron hace varios años por el homeschooling, una alternativa educativa “en la que hemos descubierto que la escuela no está fuera, sino que se halla en nuestro hogar”, afirma.
Hoy asesoran a numerosos padres que quieren tomar distancia con el ambiente ante “el grado de adoctrinamiento que está llegando a las escuelas en España y en todo el mundo”. Y tras años de experiencia afirman con orgullo que este modo de educar ha hecho a sus hijos “hombres seguros de sí mismos, excelentes personas, firmes en la fe, y con una actitud madura y crítica ante el momento histórico que les ha tocado vivir”.
Son precisamente la comunidad y la amistad con familias afines otras herramientas con las que cuentan los padres para salvar a la próxima generación, porque “este combate no lo podemos ganar solos”, afirma Javier de Montse. Por eso, desde siempre se han rodeado de familias con inquietudes comunes, al mismo tiempo que han acogido en casa a personas con dificultades. “Antes que ver una película de dibujos animados, nuestros hijos han visto la realidad, y han comprobado cómo ante esta realidad sus padres se unen entre sí y se agarran a Dios”, concluye.
Salvar al Niño
Una de las mayores tentaciones en las que podría caer una familia que quiera proteger su hogar es la de recluirse y perder la esperanza, pero “el miedo es lo contrario a la fe, y es la herramienta del enemigo”, afirma Javier de Montse. “Hoy el miedo ha aumentado en la sociedad: a perder el trabajo, a la guerra, a quedarnos sin gas, al COVID… Cada generación tiene sus miedos, pero a lo único que debemos tener miedo es a perder nuestra fe y a que se diluya en el ambiente”, explica.
Para ilustrarlo, pone el ejemplo de san José, que tras la aparición del ángel en sueños tomó al Niño y a su Madre y se los llevó a Egipto: “Salieron con lo que tenían, sin medios, no les hacía falta nada más porque confiaban en Aquel de quien viene toda paternidad. Lo único que tienen que hacer las familias de hoy es salvar al Niño, salvar tu fe, custodiar lo que Dios quiere para tu casa, y de ahí vendrá todo lo demás”.
Algunas claves
- Estilo de vida auténtico: “Vivir de forma más natural, con menos comodidades y sin tanta tecnología. Los esposos son el centro de la familia, su esponsalidad es su tesoro. Recurrir a Aquel que está en medio de los dos”, Javier de Montse.
- Coherencia en el criterio para padres e hijos: “Si mis hijos no pueden ver una película, nosotros tampoco. Hemos de ser creativos para proponer alternativas atractivas para los hijos. ¿Educamos en la comodidad o en la comunidad?”, Montse de Javier.
- Primero el porqué y luego el cómo: “Puede que haya dificultades, ganas de tirar la toalla y muchas noches oscuras, pero el camino se va recorriendo poco a poco, con pasitos de bebé. Y, como decía Viktor Frankl, ‘el que tiene un porqué para vivir encontrará casi siempre el cómo’”, Paloma Estorch.
- Confianza total en Dios: “Las fuerzas para resistir las encontramos en la oración y viviendo la fe en comunidad. Dialogamos con nuestros hijos y ponemos en manos del Señor todo lo que vivimos. Eso es fundamental para lanzarte a tomar decisiones que te sobrepasan”, Francisco y Caridad.
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