Cruces de cartón
Las familias cristianas tenemos que aflorar nuestra vida nueva
Dicen que Santa Elena, la madre del emperador Constantino, encontró la Cruz de Cristo. Hay numerosos trocitos de esta cruz repartidos por el mundo. El “lignum crucis” más importante de Europa lo custodian los franciscanos en Santo Toribio de Liébana (y estamos en Año Jubilar Lebaniego).
Recordando la celebración de este hallazgo, en muchas localidades de Castellón -como, por ejemplo, Borriana- se engalanan cruces con flores. Lo divino y humano se entremezclan una vez más. La estación en la que florece todo y también el momento en que las familias cristianas tenemos que aflorar nuestra vida nueva renacida de la muerte.
Muchos tenemos vocación de trapero. La imaginación se me llena de mundos posibles cuando bajo a tirar la basura de noche; sobre todo cuando descubro grandes piezas de cartón. Respiro hondo, todo suele estar en calma... y quisiera dejar también en este cubo las cruces de cada día que no me sirven. Entonces tengo mi momento bíblico en la basura… "Aunque vuestros pecados sean como escarlata, quedarán blancos como nieve; aunque sean rojos como la púrpura, quedarán como lana" (Is 1, 18).
Muchas veces me sorprendo con los hermanos que van buscando en los cubos. Son para mí un enigma. Son como los ángeles del reciclaje. El futuro está en todo lo descartado, en todo lo que tiramos. Me llenan de inspiración y de ternura. La cruz se encontró seguramente en una escombrera donde se habían arrojado todas las cruces malgastadas de su uso.
Aquí va mi propuesta. Cuando bajes esta noche a tirar la basura…
- Respira hondo, mejor un poco antes de que llegues al punto de “botar” la tuya. Busca a ver si hay unos cartones. Si ves algún hermano “reciclador”, dale las buenas noches, pregúntale por su vida. A veces hay gente buscando comida, de la que se tira en las tiendas o no.
- Piensa en la cantidad de personas en el mundo que viven de la basura, que llegan a crear montañas. Hay historias increíbles como la del P. Opeka. Es el momento de que recojas algunos cartones, si has tenido suerte y no están en el contenedor.
- Procura recoger unos «cartones dignos»: vas a hacer dos cruces con ellos. Utiliza cinta de embalar para unir pie y travesaño. Que sea una cruz un poco consistente.Tienen que caber varias personas en ella o toda la familia, así que deben medir al menos un metro de «stipes» (palo vertical). La podéis pintar en casa, e incluso escribir el nombre de personas que están viviendo cruces.
- Prueba a transportarte de un lugar a otro con las cruces. No puedes tocar el suelo. Toda la familia se subirá en ella y utilizará las dos cruces para avanzar. Practica en un parque cercano. La cruz nos lleva (no es triste, puede estar pintada de colores y flores y nombres de personas que nos llenan de esperanza). Sí, es difícil y arduo el camino a veces.
Se decía en el antiguo Catecismo que, al menos, había que comulgar por Pascua Florida. Caminamos hacia la Pascua Granada, la venida del Espíritu Santo. El Espíritu Santo es quien realmente puede llenar de vida nuestro camino por la cruz. Pienso en tantas personas y situaciones de cruz que son semilla de Resurrección, pero que todavía no vemos. Rezamos unos por otros, y damos gracias por el testimonio de tantas cruces vividas en Cristo.
Fernando Sánchez
Comunidade Caná - Castellón
Rezamos unos por otros, y damos gracias por el testimonio de tantas cruces vividas en Cristo
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