Esperar con Esperanza
Los pequeños gestos cuestan mucho, porque no estamos entrenados en lo pequeño o el anonimato. Para las pequeñas cosas, tanto como para las grandes batallas tenemos que abrir nuestro corazón a la gracia de Dios para que él nos las conceda. Dios quiere colmar nuestros deseos, pero el deseo y necesidad más grande que tenemos es el de Dios y no somos conscientes (Nº 27 CIC). Grita: ¡Hazte hueco Señor y acampa en medio de nuestros chismes!. ¡Maranatha! ¡Dios lo puede todo! (Jeremías 33,3). Nuestra actitud tiene que ser la del Pobre de Espíritu, la de aquel que lo espera todo del Jesusín, el más pobre y el más humilde, Dios con nosotros, ¡Emmanuelillo del Alma!
¿Esperas con fe expectante? ¿Estás en estado de buena esperanza... al menos espiritual? ¿Qué estás esperando de Mí? -te dice Dios- ¿Va a ser una fecha de Navidad más o esperamos recibir una gracia de Navidad cómo vivió Teresita de Lisieux?
Dios nos llama a esperar con Esperanza, aunque veamos el mundo, nuestra familia y nuestra propia vida con difícil arreglo, no nos fijemos estos días en el desastre, sino en la Esperanza que es el mismo Dios, que ha vencido al mundo naciendo en medio de la noche.
Dios viene para regalarte todos los retos que necesitamos afrontar... Él es la Palabra; pero como a veces somos muy torpes para escucharla, te propongo la siguiente DINÁMICA:
1. Cuelga de tu árbol o en tu pesebre y ponte a practicar las palabras que resumen la Biblia.
2. Te quiero, te necesito, te perdono, lo siento, siempre voy a estar ahí, ¿qué puedo hacer por tí? , eres maravilloso, nunca te abandonaré, te invito, ¿empezamos de nuevo?, eres valioso, eres importante, me ha gustado mucho, me llena de paz , ¡qué alegría conocerte! ¡suerte que estás aquí! , ¡qué gozo que existas! , juntos para siempre, ¡qué bueno estar aquí contigo!, no me importa, yo te ayudo, te admiro, te acompaño, te espero, estoy contigo, estoy aquí para ti, confío en ti, eres mi apoyo, por favor, toma lo que que necesites, no te preocupes, ven siempre que quieras, te llamaré, esto es de corazón, contigo no tengo miedo...
3. Puedes sacar estas palabras regalo en la cena de Nochebuena y las puedes decir para los que tienes cerca, para el mundo, para Dios y para ti mismo.
“Dejémonos atraer desde ahora por la esperanza y permitamos que a través de nosotros sea contagiosa para cuantos la desean. Que nuestra vida pueda decirles: «Espera en el Señor y sé fuerte; ten valor y espera en el Señor» (Sal 27,14). "Que la fuerza de esa esperanza pueda colmar nuestro presente en la espera confiada de la venida de Nuestro Señor Jesucristo, a quien sea la alabanza y la gloria ahora y por los siglos futuros.”
(Palabras finales de la Spes non confundit)
Virgen de la Esperanza, ¡ruega por nosotros!
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